martes, 25 de agosto de 2009


Tenés que parar, y ponerte a pensar: no sos la única que sabe estar mal. Que el pasado quede atrás! Vos sabés que un nuevo viento otras risas traerá. Si miro solo mi nariz me puedo tropezar. Es mejor para los dos, para mí y para vos. Voy a dejar de molestarte, de buscarte; ya no voy a convencerte. Hoy elijo tu amistad, desde ahora y para siempre. Y no te preocupes querido, ESTO TAMBIÉN PASARÁ !

domingo, 23 de agosto de 2009


Serás olvido, serás pasado. Serás huella de mi camino. No estarás en mi destino, y no por eso voy a acabar con lo que he sido. Si fuiste semilla pero no fuiste flor, si separamos las nubes pero no vimos el sol; hoy ya no me quiero lamentar, después de todo no soy distinta a los demás: a mí tampoco me gusta estar mal. No voy a recordarte con rencor, solo con la amargura de no haberte dado amor. No espero que me vengas a buscar ni pretendo que por mí estés mal. Yo ya sé que no sos igual a los demás y tal vez sea cierto que esto también te hace mal. Por eso es tiempo de cambiar, aceptar que no me querés, dejar de jugar. Y si cambié tan rápido de parecer fue porque la noche me ha hecho saber que no todo lo que quiera lo voy a tener, que no todo lo que pida se me va a conceder. Con mi capricho de niña te estoy lastimando y no sé si mi conciencia me seguirá perdonando. Tanto para mí como para vos es mejor que esto deje de ser lo que es hoy. ''Serás lo que debas ser''.. si ya no lo fui, nada seré! Yo te quiero de verdad, en el cielo quiero verte volar; de nada me sirve intentar disparar si vos no te estás dejando apuntar. De nada me sirve seguir con esto de buscar si a mi nunca me gustó esperar. Entonces es mejor así: si mañana te veo, voy a sonreír; pero no me pidas que te preste una mirada, solo me quedan unas pocas palabras: si me cerrás la puerta, no voy aa aparecer por la ventana.

martes, 18 de agosto de 2009


Eras un pez en el mar,
Eras una piedra en el río,
Eras una estrella en una larga noche,
Eras canción en un cd mp3,
Eras una risa entre tantas carcajadas,
Eras un pájaro al comenzar la mañana,
Eras una lágrima en el medio de un recuerdo,
Eras tierra en el camino, remolino en el viento, miradas en el tiempo.
Pero eras el pez más grande,
La piedra más dura,
La estrella que más brillaba,
Eras la canción que todos escuchaban
Y que yo siempre tarareaba.
Eras una risa llena de esperanza,
Eras el único pájaro que me despertaba,
Eras esa lágrima que nunca se secaba,
La primera en haber sido derramada.
Eras esa tierra que siempre pisaba,
Ese remolino que tanto polvo levantaba,
Esa mirada que solo a mí me encontraba.
Dicen por ahí que la vida es una sola, que ningún momento vuelve a repetirse, que si te paras en un instante y miras hacia atrás, valoras todo lo que has hecho, lo que has dicho y agradeces a no sé quién por haberte puesto aquí y allá. Dicen algunos que solo se arrepienten los cobardes, y cuánta razón tienen. Que tu hoy es por ayer, y no tienes ni más ni menos que eso. Al fin y al cabo todo termina, pero igual te convencés de seguir luchando. ¿Qué otra cosa podés hacer? Dicen por ahí que hay que columpiarse en los sueños y creer en las raíces, plantar bien a los valores, regar a los amigos, a las pasiones, a las acciones. No hace bien empaparse de recuerdos, es mejor levantarse para seguir creciendo. Debe uno aprender a callarse, aunque sea más difícil aprender a reírse. También dicen que el calor seca la lluvia, pero siempre es bueno dejarse llover. Que la luna siempre levanta la voz, que la noche y las estrellas guardan el misterio de los sin razón. Que aunque las nubes aparezcan, siempre detrás está el sol. Dicen por ahí que las cosas tienen sentido, que algún día llegaremos al mismo lugar; pero tal vez no, tal vez debamos conformarnos con vivir, seguir, amar, envejecer, llorar, desprendernos. Y todo termine allí.

lunes, 17 de agosto de 2009


Viajaré por tu sonrisa, me hundiré con tu mirada, cuando el mundo tenga prisa, te esperaré en mis mañanas. Y cuando veas que mi sol se esconde en tus montañas, cuando entiendas que mis alas hacen nido en tus pestañas; sabré entonces si he luchado, si me he perdido, si te he encontrado. Que es mejor una mona sin su risa y con su llanto por haberlo querido tanto, que una rosa con espinas y sin encanto, por haberse quedado plantada esperando. Que antes de llorar y de desearte; de añorarte, de esquivarte; prefiero pelear, arriesgar y padecerte; prefiero morir intentando convencerte.
Que los locos solo aprenden cuando sufren muy despacio,
cuando aún sin la cabeza se dejan engañar un rato,
que están cuerdos cuando se los mima y se los olvida de a poco. Pero yo estando tan loca,
me salve cuando sufrí que me hayas querido,
me engañé durante meses en horario corrido,
estoy cuerda desde la noche en la que solo fuiste olvido.

No vale la pena llorarle al pasado, cuestionar el presente, pedirle al futuro. Más vale conocer la fuerza de mis manos para saber sin con ellas yo puedo sostenerte. Más vale conocer bien todos mis dientes para saber cuándo yo puedo mostrarlos.
No vale arrepentirse ni buscar ser perdonado, si he llegado a este momento fue por haber estado en algún otro lado. Si he llegado a sentir lo que he pensado, fue por primero haberlo padecido. Y si vuelvo a tropezarme tal vez prevenga una caída, aunque ya muchas guerras me las den por perdidas.
Si algún día retrocedo en las huellas del camino, será porque el día amaneció nublado y no porque busque pedazos vacíos de aquellas historias que nunca serán tiempo perdido.

viernes, 14 de agosto de 2009


Ya no espero que me extrañes,
ya no extraño tus mentiras,
ya no miento a mis amigos,
y me amigo con mis heridas.
Ya no busco que me quieras,
ya no quiero que regreses,
ni regreso por tus besos,
ni te beso en los suspiros.
No suspiro tus encuentros,
no te encuentro en mi reflejo,
no reflejo tu ironía en largas noches perdidas.
Ya se pierden tus bostezos en mis días de alegría,
ya me alegro al verte lejos,
ya me alejo de tu vida.

lunes, 10 de agosto de 2009

Aprender a confiar, aprender a callar, aprender a mentir sin decir la verdad. Aprender a soñar, aprender a querer, aprender a dejar, aprender a terminar, aprender a cerrar, aprender a perder y no dejarse encontrar. Aprender a escuchar esa voz interior que te pide que aprendas a sentirte mejor. Y que aprendas a ver, a observar, a mirar; que aprendas a vivir fuera de la realidad, que te pide por favor que no aprendas a amar, que no aprendas a odiar y que aprendas a llorar. Esa voz interior que te dice que es mejor aprender a aprender que dejar de intentar, esa voz interior que te enseña a olvidar y te pide que aprendas a dejarte llevar.

jueves, 6 de agosto de 2009

Todas esas palabras que siempre necesito oír.
Al igual que
nada, que todo, que lo poco que tuvimos. Nada es eterno y siempre supimos que esto iba a terminar. Mal o bien, qué más da. Hoy sé que no me merecés, que yo no la pelié. Y aunque hoy sienta que nunca voy a poder dejarte ir, sé que hay muchos caminos que vienen hacia mí. Y voy a tomar alguno, aunque no sepa cuál, y seguiré, tropezaré; me volveré a perder. Y qué? Aunque no quiera, aunque me duela, aunque me piense como una flor que perdió el sol para volver a florecer y aunque mi inconciente te espera en algún otro lugar, igual voy a partir: después de todo, nunca tuve a donde ir. Y si te es indiferente, y si te morís por verme regresar, ya no me importará. Porque el pasado no es una carga que quiera soportar, porque voy a decidirme y te voy a olvidar, porque voy a actuar, a dejar de pensar. Que si sí, que si no. Y tal vez te recuerde, pero no voy a llorarte; y tal vez me hagas falta, pero no voy a extrañarte. Y hasta quizás un día me descostille de la risa, releyendo todo lo que te he pensado, pero nunca, voy a arrepentirme. No me escapo, incluso camino lentamente dándote chances de que me vuelvas a atrapar. Pero no para siempre. Me alejaré, me desprenderé, vos y ya sabemos que todo llega a su final. Voy a dejar de estar mal, de otro hombre me voy a enamorar. Y le hablaré de vos, nos reiremos los dos, sin rencor, sin dolor, con la felicidad de saber que te amé y te lloré, que nunca te tuve y me salvé.
Una gran porción de queso en el cielo iluminaba la ciudad. Y ella a él lo odiaba. Había jurado no amarlo en sus lágrmas, no esperarlo en las fotos. Humedeció sus labios con el fuego de un licor que encendía lentamente la amargura en su garganta; aflojaba algunos nudos y adormecía aquella lengua que tanto había mentido.
Ella a él lo odiaba, aunque luego de tres largos tragos, tal vez lo odiaba menos. Respiraba aquellas huellas que dejaron al pasar, renacía las heridas que tanto la hicieron llorar. Y siguió bebiendo, y recordando, y otro trago más. Ya sus nudos estaban desatados, el licor se deslizaba sin que nada lo hiciera tropezar. Empapada de mareos y nostalgia, decidió no odiarlo más. Y lo amó en sus lágrimas, lo esperó en las fotos. Hasta que sus ojos se cerraron: el licor la desmayó. El odio esperaba ansioso, sabía que en un descuido volvería a entrar.
Ya se había esfumado el queso, el calor de la mañana lo derritió. Ella dormía. El odio le golpeaba la cabeza para poderla despertar. Y en el bostezo de otra vieja resaca, se colaron la amargura y los nudos; y ella a él lo odió.
¿Cuál es el sentido de luchar? ¿Cuál es el sentido de ganar, de perder, de aprender? ¿Cuál es el sentido de respirar la mentira en la piel? ¿Cuál es el sentido de seguir, de reír, de llorar? ¿Cuál es el sentido de creer, de convencer, de estudiar, de pelear? ¿Cuál es el sentido de sufrir, de amar, de envejecer? ¿Cuál es el sentido de partir, de olvidar, de perseguir? ¿Dónde está el sentido de vivir de la realidad, de elegir, de compartir, de correr, de caminar? ¿Cuál es el sentido de pensar?
¿Cuál es el sentido de vivir, si despúes de todo nos veremos en el mismo lugar?