miércoles, 15 de julio de 2009

Yo sé que puedo, sé que lo llevo adentro. Sé que tengo la fuerza y la determinación. Sé que puedo caer muchas veces, pero puedo levantarme muchas más. Soy conciente de que pierdo el tiempo, de que dejo las cosas pasar; pero también sé aprender de todo y he aprendido que las personas nunca cambiamos. Sé que siempre soy la última en decidir sobre mi misma y que, en realidad, nunca mido bien las consecuencias. Sé que todo depende de todo. Aprendí que tambié hay gris. Pero lo negro es negro, y lo blanco blanco, aunque a veces cuesta ver. Sé que hay gente que cree en mí, que nada es para siempre, ni seguro, ni perfecto. Que a veces es mejor callar, que ganar y perder es cuestión de ver las cosas de una o de otra manera. Que lo que la vida te da, la vida te lo quita, que tal vez tengo más de lo que merezco, que me di cuenta de lo que tuve cuando lo perdí. Que valoro más las cosas cuando lucho por ellas, que lo fácil dura poco y que es inevitable amar lo inalcanzable. Pero también sé que sé muy poco; aunque lo poco que sé, la vida me lo enseñó.
Es difícil aguantar, es difícil arrancar.
Si no sé por dónde ir, si perdí la nariz, si dejé de creer.
No creo soportar el tener que decidir,
si tengo que crecer, si tengo que seguir.
Si tengo que desprenderme, empezar a correr,
levantarme, tropezar.. nuevamente aprender a caminar.
Aceptar la soledad, comenzar a desconfiar.
Siempre querer más,
dirigirme hacia un solo lugar,
estar segura sobre dónde quiero llegar.
Se hace duro respirar tanta responsabilidad,
si ya no puedo jugar, si debo siempre pagar más.
Si no importa aprender, hay que tratar de no perder.
Siempre está el que espera mucho más de vos.
Cómo cuesta balancear! Si hay alguien que te quiere pisotear,
que siempre podés estar peor.
Si te limitan el amor, te cobran el perdón,
vos ponés tu mal humor; y el mundo vivo te comió.
Si estás obligado a especular,
a negar, a aparentar,
a mostrar que sos fuerte,
más vale llevar la corriente.
Es tedioso convivir cuando te vas dejando morir.

martes, 14 de julio de 2009

A veces todos vivimos una mentira. Sabemos que en realidad, las cosas no están como parecen. Y hoy que ya no estás, puedo ver que al menos tengo mi verdad, y la tranquilidad de saber que hoy es lo que parece, que si bien me duele tenerte lejos, más me dolía hacer de cuenta que estabas cerca. No es que quiera dejarte de querer, simplemente siento que por fin soy esto que ves.
Y aunque todavía te escondas en mis canciones, a pesar de que todo haya terminado así, en este instante no pretendo que regreses a mí. Porque yo estoy mejor sin vos. Porque vos estás mejor sin mí.

lunes, 13 de julio de 2009

Supongo que no pretendo olvidarte si te busco en cada sueño, si te veo en cada espejo, si te llevo atado en mi pecho, tropezando cada dos por tres, de 8 a 10 y de 13 a 24.
Supongo que no quiero sacarte de mi mente si te llamo a escondidas, si te lloro aún cuando no estás. Supongo que no intento olvidarte si te invento cada día, si te espero en el teléfono, si me callo para oír tu voz.
Y no, no quiero olvidarte si te ahogo cada viernes en un vaso distinto, si releo tus recuerdos los domingos por la tarde, si te mantengo al día en mi memoria, si te dejo trabajando en mi inconciente y estoy dispuesta a volver a contratarte.
No debo querer borrarte si te sigo perdonando las noches de desvelo, si aún sigo encendiendo la ilusión de tu regreso, si todavía conservo algo de yo con vos, por si acaso me vuelves a querer.
Definitivamente no, no busco el olvido si te siento en otros besos, si sisigo escribiendo estas lineas para vos.
Y no, no me engañes:
vos no sos lo que me dijiste ser!
Tal vez no seas lo que vos crees ser,
pero a eso..
No lo sabés!
Y que te des cuenta tarde, que me pidas por favor, que me extrañes, que te haga falta saber cómo estoy. Ojalá que no esté aquí para esperarte. Que sientas necesidad de retroceder el tiempo, que te preguntes por qué, que te ahogues en razones incoherentes. Ojalá que pierdas la espontaneidad, que sientas culpa, que nunca me quieras perder. Ojalá que te deje de dar lo mismo, y que yo no esté aquí para esperarte. Ojalá que cuando todo esto te pase, ya no me importes y sienta lástima por habértelo deseado. Ojalá que me sientas lejos, que me busques excusas, que me justifiques y me perdones una y otra vez. Que pases noches pensándome, deduciendo mis conductas. Ojalá que te ilusiones. Ojalá dejaras de ser tan vos. Ojalá no este aquí para esperarte.
Jugando a todo o nada,
tarde o temprano debía entender
que ganar o perder es lo mismo
si de tus besos no puedo beber.
Izquierda o derecha me diste a elegir,
sabiendo que yo no sabía querer,
y por un rato de amor me vendiste
que la casualidad y el destino mojaban tu piel.
Y ahora que no te espero,
no te encuentro,
no te olvido...
culparte es todo lo que puedo hacer.
Donde no llegan las falsas verdades ni las palabras que lastiman. Donde el tren pasa dos veces y las heridas no caminan para atrás. Donde se juntan los recuerdos, donde los suspiros callan y las noches de luna llena no son para llorar. Donde al sol se lo mira de frente, donde a las lágrimas tristes no les hacen lugar. Donde reír nunca es demasiado y ser libre siempre fue una condición. Donde las palabras escuchan y las sonrisas apuntan. Donde la fe dispara y el miedo dice adiós. Donde las miradas no hacen requisas y los errores encuentran el perdón. Donde un es un y un no es un no. Donde la confianza no duda, donde dicen lo que hay que decir, donde desean no olvidar, donde el tiempo no destruye nada, donde la locura tiene una razón. Donde los sueños no se desvanecen, donde luchar no cansa y no importa ganar o perder. Donde los labios son el refugio para aquellos que huyen de la soledad. Donde la justicia tiene una balanza que reparte siempre la misma porción. Donde los gritos no tienen eco y todas las risas se hacen canción. Donde vos y yo no seamos uno, si no mucho más que dos.
Una vez que te hayas ido no enciendas dos veces la luz. No des tres pasos en falso; y ahórrate los cuatro besos de piedad. Y cuando me hayas nombrado cinco veces en silencio, decídete a llamarme para escupir las seis letras de un perdón. Voy a esperarte hasta las siete y por fin a las ocho te saldré a buscar. Y en esas nueve esquinas donde guardamos nuestro secreto, te pediré mil veces que no me vuelvas a dejar. Me pedirás mil veces no dejarte hacerlo.
Un día te creí, y me dejé encarcelar por tu sonrisa. Un día soñamos con vivir para siempre. Un día pedí no volver a verte por el resto de mi vida. Un día nos reímos tanto, que olvidamos de qué nos reíamos. Un día jugamos; jugamos a jugar al ahorcado, intentando descifrar la palabra que nos pudiera definir. Un día me odiaste, y yo a vos; y un día nos abrazamos regalándonos el perdón. Un día me cansé, me aburrí, y padecí. Un día nos escapamos siendo cómplices de algo que no iba a ser. Un día lo aceptamos, y al día siguiente lo rechazamos. Un día te sentí tan cerca que dejé que fuéramos uno. Y tejimos telarañas en paredes de papel, sabiendo que un día no serían más que nada. Un día nos disfrazamos de amigos, de confidentes, pero ese día también se terminó. Un día me tomaste de las manos, y tus pupilas se asomaron lo suficiente para que viera lo que no quería creer: mentiras, dudas, culpa, amor. Pero un día, finalmente, me enamoré de vos; y te quise tanto que.. te dejé ir.