lunes, 13 de julio de 2009

Un día te creí, y me dejé encarcelar por tu sonrisa. Un día soñamos con vivir para siempre. Un día pedí no volver a verte por el resto de mi vida. Un día nos reímos tanto, que olvidamos de qué nos reíamos. Un día jugamos; jugamos a jugar al ahorcado, intentando descifrar la palabra que nos pudiera definir. Un día me odiaste, y yo a vos; y un día nos abrazamos regalándonos el perdón. Un día me cansé, me aburrí, y padecí. Un día nos escapamos siendo cómplices de algo que no iba a ser. Un día lo aceptamos, y al día siguiente lo rechazamos. Un día te sentí tan cerca que dejé que fuéramos uno. Y tejimos telarañas en paredes de papel, sabiendo que un día no serían más que nada. Un día nos disfrazamos de amigos, de confidentes, pero ese día también se terminó. Un día me tomaste de las manos, y tus pupilas se asomaron lo suficiente para que viera lo que no quería creer: mentiras, dudas, culpa, amor. Pero un día, finalmente, me enamoré de vos; y te quise tanto que.. te dejé ir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario