domingo, 4 de abril de 2010

Pero esta vez sonó distinto. Dolor tocó la puerta, luego de avisarme que vendría. Y si bien no me dio tiempo para ver quién era, fue prudente y no me prepoteó. Tuve un instante lo suficientemente largo para buscar mi careta de fuerte; esa cara de: esta vez tengo algo para decir. Me trajo un cronograma: paradas obvias por las que debo pasar. ''Las noches van a causarte problemas'' me anticipó, ''aunque el sol está dispuesto a darte motivos para dormir.'' Le sacamos el cuero a Ceguera: se hacía la buena cuando en realidad no quería lo mejor para mí. Recordamos a Inseguridad, Miedo y Mentira; aunque debo admitirlo, a la que más maldije fue a Ilusión. ''No quiero verla más'' le dije. A Dolor se le hacía tarde, debía hacer otras visitas, y de todos modos mañana volvería a verme, un rato o dos. Entonces saqué los puntos de las íes que quería darle, esos puntos que en la carta de sitación me olvidaba de escribir. Porque esta vez es distinto: ya sabía dónde quedaba cada estación, y quién iba a esperarme, el tiempo que iba a tardar en llegar. Conozco el camino de memoria: sus piedras, sus huecos y sus atajos. Le prometí ir por aquello que había dejado, eso que no quise aprender. Antes de cerrarle la puerta le avisé: ''no sé cómo estarán tus cosas con Humor y compañía, o si ya habrás solucionado tus pendientes con Aceptar, el primo de Crecer; pero mis ganas de decir adiós y empezar de nuevo me convencieron de juntarme con ellos.'' [...] ''Quiero aprender a no esperar y lograr que tampoco me esperen: he malgastado varias tardes. Hay amigos, sensaciones, planes y sonrisas que quieren verme bien.'' Y al oír esto me miró satisfecho, respiró profundo y me besó. ''Hasta mañana Celeste; espero que cumplas.'' Yo tambíen espero cumplir, JURO QUE YO TAMBIÉN!

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