jueves, 8 de abril de 2010

Me olvidé del amor. De su cara, de su ruido al caminar. Me olvidé de cómo golpeaba cuando llegaba, de cuándo y por qué decía ''chau''. Pero está bien, si el se olvidó primero, si el desapareció, amagando con que volvería para no irse jamás. Me olvidé de los pasos a seguir para enamorarme, de las maneras de conquistar. Me olvidé del juego de las miradas. Y no me importa, por ahora, volverlo a recordar. Ahora que estoy tranquila, ahora que me caigo bien. Ahora que no busco nada, que por fin entendí el por qué. Que no estoy preparada, que aún me falta tiempo de cocción. Y esas veces que logré engañarme, esas veces cuando tropecé. Por fin acepto que todavía falta, que todavía no. Y así, sin prisa, seguiré feliz; por esas lunas que sonríen, por las buenas noticias que esperan, por los besos que me quedan, por la fuerza para seguir. Me olvidé del amor y no voy a hacer memoria. Que tarde lo que quiera, total me fui de acá. Me olvidé del amor y aún me quedan muchas cosas: los sueños, el tiempo, la noche, las ganas de vencer.

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