jueves, 21 de enero de 2010


Llorar y reír por la misma razón, divertirme con algo y al final.. al final y después del final, no. Ser ciclotímica. Que no me salga ni llorar. Escuchar canciones que no sean para pensar, y mucho menos para recordar. Llenar ese vacío con tanto vicio, tanto descontrol. Bajar: hasta tocar fondo no voy a parar. Eso es un martes para mí. Querer caminar detras mío para saber que anda mal, para levantar esas ganas que sé, volví a tirar. Tenerlo todo y no valorarlo. Ese miedo a que se rían, o peor: nadie va a entenderme, tenga razón o no. Todo llega, pero y? Cuándo me toca a mí? Papel y lápiz por favor, que este martes aún no terminó. Es frustrante ver cómo no puedo, aunque me calma saber que todavía puedo elegir, después de todo, elegir no hacer nada es elegir.
Una vuelta más, un amague más. Otras palabras, un nuevo aliento, repuesto de fuerzas, un pacto con mis sentimientos. Pocas metas aunque claras: cambiar las ondas, ponerle garra. Creer en algo, coser las alas, darle vida a aquellas sabias palabras: no está muerto quien pelea.. y yo que vuelvo a caminar. Por suerte se hace más tarde; adiós martes, no hay nada más que reprochar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario